jueves, 20 de febrero de 2014

A la siniestra de Dios padre

A la siniestra de Dios padre


El sitio donde nací se convierte de a pocos en un cementerio viviente
No es culpa de él, es culpa de su gente
Un cortejo eterno de caballos de acero
La entierra en su propio suelo

Una sombra de corrupción empaña sus calles
Que lo único que producen al parecer son sujetos desechables
No se puede andar tranquilo en las mismas
Si alguien no te atropella pueden quitarte lo que llevas encima

Si esta alguna vez fue la flor de la sabana como dice su himno
Ver en que se esta convirtiendo es algo a lo que no me resigno
Y aunque todos noten que va de mal en peor
Ignorar estás cosas les parece mejor

O ciudad de mis amores tu cultura da tristeza
A los pocos que la amamos nos miran con rareza
En lugar de prestarte honores como se deben
A la menor ocasión destruyen todo lo que pueden

Triste realidad es a la que hoy nos enfrentamos
Solo pocos de los que te amamos así lo demostramos
Mis palabras quizás serán llevadas por el viento
Espero que de esa forma llegue al cielo mi plegaría por Sincelejo