Sensualidad

Eso es lo que se me viene a la mente cuando pienso en tu abdomen
Que hace que todas mis ganas se revolucionen
Es la curva que forman tus senos y que alinean en perfecta sincronía tus pezones
La causante de todas mis erecciones
Son tus piernas abiertas siempre a mi en un torrente de entrega
Por eso estoy de rodillas, pues esto vale la pena
Es tu cavidad que me recibe gustosa
Máximo placer de dioses para mi siempre jugosa
Sensualidad eres tu, dulce dama lasciva
Espero que esta noche tu cuerpo me reciba

Las curvas de mí chica

Ahí estaba ella desnuda al lado mio, mientras yo admiraba su curviforme silueta, me observó y se sintió avergonzada, lé gane en velocidad cuando trato de cubrir su cuerpo, así que pude seguir admirandola en toda su extensión. Me observo con esa mirada de como puedo gustarte tanto si peso mucho, cuando yo era quien me preguntaba como una mujer tan maravillosa podía estar conmigo. Quería decir algo y como es costumbre en mi, las palabras salieron mejor en un cuento.

Una vez mas me hacían la observación hiriente respecto a tu peso, a la cual yo solo podía sonreír porque me permitían recordarte, las épocas en las que me molestaba que te llamaran gorda en lugar de por tu nombre (como si no se hubieran cansado de escucharlo, pues no paraba de hablar de ti)  habían pasado, no importaba nada pues estabas a mí lado y con eso me sobraba.
La preocupación de mis amigos por mi boteresco gusto era un absurdo, es triste ver que no pueden apreciar algo mas profundo, yo solo seguí y hoy escribo en todo lo ancho de tu espalda.

Lo que ellos y la sociedad desconocen es el gran favor que me han hecho, pues al atacar tanto tus formas, hicieron que te preocuparas mas por mostrar lo que llevas por dentro, dejando de lado la enorme belleza física que posees y a diario ha sido tan maravilloso descubrir, cada uno de esos tesoros que guardaste por años pues nadie quiso reclamarlos, tu capacidad de entrega, tu forma de amar solo a tu peso se pueden equiparar.

Solo faltas tu en la ecuación, eres esa chica que durante años soporto críticas de una sociedad llena de vanalidad, donde los hombres que te gustaban, te rechazaban, se burlaban o se aprovechaban de ti, viviste a la sombra de mujeres enaltecidas por los demás, soportando sus miradas despectivas, pero en ese montón de cosas y malos ratos tu fuiste mas sabia y usaste cada cosa para aprender, ayudarte, salir adelante ...

¿Todavia te preguntas porque te quiero?
Consideró que tengo razones de peso para hacerlo.