miércoles, 24 de junio de 2015

Justo le pasa a los pobres

Esta es una historia como tantas que se inventan por ahí, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia …
A menos que vivas en Colombia.

Era una mañana normal en el centro penitenciario más importante de la capital, hacia frío, sin embargo esto era normal en esta triste ciudad que nunca le había traído nada bueno a Emilio, un campesino que salió de su parcela a recibir una "ayuda" del gobierno, la cual tardó más de lo esperado y esta espera lo llevó a cometer un crimen por el cual estaba preso. Pero esa mañana eso no importaba, le habían dado una nueva tarea y si todo salía bien le reducirían la condena, con uno de esos sistemas que se inventan en la cárcel, para que los reclusos puedan disfrutar de la libertad a cambio de un poco de actividad dentro de la misma. Esta perspectiva le daba esperanzas. Ese fue el pensamiento de Emilio esa mañana.

No podía estar más equivocado. La tarea consistía en limpiar, lo que el pensó en un inicio, era la oficina del director por el lujo de la misma. Resultó ser la celda de otro interno, un conocido político que hasta ese día sólo había visto ocasionalmente en la televisión, sabía que era algo así como un alcalde y que se había robado unas cien mil millones de veces lo que él, el doctor Samael Romero Trojas. Así se conocieron Emilio y Samael Romero, el primero con la misión de limpiar la celda del segundo, en un claro ejemplo de lo que puede significar nacer en cuna de oro.

De esto hacían cuatro meses. en los que Emilio había aprendido mucho y llegar a descubrir que sabía poco.
Samael hacia que lo llamara doctor, le indicaba donde limpiar (era alérgico al polvo) y le mostró un mundo de opulencia que el no sabía que existía, del cual le permitió llevar un poco a los presos que estaban en las mismas condiciones que Emilio y le prometía constantemente que cuando saliera se lo iba a llevar a trabajar a su casa, este lo admiraba con la misma ignorancia que admiran los mosquitos a la luz, porque no saben que esta los puede quemar, hasta este día.

-Emilio, ala muchacho ¿como te trata este día?
-Muy bien doctor, esta mañana me dijeron que salgo en un año por buena conducta
-A carachas, yo salgo en una semana - Esta revelación dejó congelado a Emilio- la justicia no encontró pruebas suficientes contra mi.
-Doctor que bueno pero ¿usted no se metió en algo de un carrusel o algo así en el que de perdió un montón de biyuyo? ¿Como va a salir primero que yo? Preguntó Emilio conteniendo la ira.
-La cuestión es simple Emilio, eso va en la gravedad del crimen que cometas, a todas estas ¿porqué estas preso?
-Porque me robe un caldo de gallinas Samael.
-Emilio - dijo Samael notando la falta de respeto cometida - Lo que te paso a ti les pasa a muchos en este país, todo es cuestión de aprender a buscar una buena defensa.
-¡No señor - respondió Emilio en una explosión de furia - En este país lo que uno debe aprender es mandar a la mierda a gente como usted!

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