viernes, 1 de noviembre de 2013

Milagro

Estoy sentado en la misma silla en la que cruce mis primeras palabras con ella, estoy solo, como jamás me había sentido en la vida, con una cerveza igual a la que sostenía cuando hable por primer vez con ella.
Al terminar estas líneas descubro que hace 2 meses y unas horas la conozco y el tiempo, enemigo inexorable de todo en esta vida, me parece tan extraño, no me deja entender como en tan poco transcurrido ha hecho tanto, observo su silla vacía y me siento tentado a hablar con ella, pero es un gesto inútil, como intentar cambiar nuestra situación, es increíble que mas que kilómetros nos separan muchas cosas que no logro entender.
Discuto conmigo y no llego a nada.
Alcanzar a entender no es posible.
Y eso me llena de impotencia.
Abarcar mí entendimiento no puede tanto.
Nadie puede entender.
Algo parecido a un milagro fui un día.
Para que al otro día no ser nada.
Inútil es todo esto.
Ansiedad de su ser sigue en mi.
Si, fui un milagro en su vida, por lo menos eso dice y no hay evidencias, costumbres o vino añejo que me pueda convencer que era mentira, a diferencia de lo que pasa con ella, mi amor corrió largo y sin medida, oh que sera el misterio que guardan sus ojos, esos mismos que tanto me enamoran, sus labios que deseo sin medida, porque nuestro amor fue tan belicoso, que sería tonto no pensar que no dejaría marca.
Ella me marco, esa marca me seguirá en mis insomnios, porque sera la única cosa que me quede de ella, estúpido fui al devolver sus regalos, solo me queda lo que hizo en mí y debo conformarme con eso, pues al parecer, porque si, porque no y porque aja, pueden ser respuestas aun cuando vienen de un niño.

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