Era la quinta noche que despertaba en la madrugada víctima de las pesadillas, estaba desesperado, las medicinas y remedios caseros no habían servido de nada, por esto mi trabajo, relaciones y demás iban de mal en peor. No sabía que hacer.
Llegado este punto aun con lo incrédulo que soy, busque que significado tenían mis pesadillas, el resultado fue poco menos que decepcionante, los sueños no tenían relación entre si y mi búsqueda solo sirvió para reafirmar mi no creencia.
Quería hablar con alguien.
Eran mas de las dos de la mañana, imposible encontrar a quien me escuchara a esa hora, mas aun a la única persona con la que quería hablar, daba igual si era por mis pesadillas o no, solo quería, mejor o peor aun, necesitaba hablar con ella.
¿Porque querría hablar conmigo?
Fue lo primero que pensé al mirar el teléfono, en nuestras últimas conversaciones dejó muy en claro que si decidía alejarme de ella, no movería un dedo para acercarse a mi.
¿Que esperaba yo si le hablaba?
Que me dijera cuanto me había extrañado y volviera a mis brazos, como si eso fuera posible en este universo, se salió una lágrima de mis ojos al pensar eso, por lo cierto que era y volví a la cama.
Han pasado meses de esa noche. No necesite médicos o recetas, mis pesadillas son por haberla perdido, aunque no se si algún día la tuve, espero a diario su llamada, pero solo me visita en las noches en forma de sueño macabro, para recordar que ya no esta, que jamás volverá y que mis sueños se han ido con ella.
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