viernes, 1 de noviembre de 2013

Perdiendo el control

¿Porque era tan difícil de entender para él en que orden iban las corbatas? Se preguntaba Amelie, mientras las organizaba por los colores según fueran sus iniciales, amarillas, azules, blancas...

El reflexiono y llego a concluir que esas eran sus mas grandes discusiones, las peleas por los despertares a las 3 de la mañana a hacer el aseo, ordenar las cosas, las mismas que estuvieron ordenando hasta las 8 de la noche, la amaba de eso no había duda, pero su obsesión por el orden lo asustaba a tal punto, que temía por su seguridad en caso de que se decidiera a dejarla...

Ella sabia que él era un niño grande, eso era todo, ella estaba ahí para cuidarlo, por eso se habían enamorado, que sería de sú vida sin ella, estaría solo y perdido, pensaba todo esto, al organizar sus zapatos, no importaba que fueran las 4 de la mañana, por el haría cualquier cosa, porque no era su culpa no saber que el mundo siempre esta moviéndose y las cosas no están en el mismo lugar donde las dejaron...

Observó su limpieza y organización en plena madrugada, quiso llorar, en lugar de eso, fue al closet y tomo una maleta, empezó a tomar las cosas para llenar la misma, parecía un autómata, al terminar no pudo evitar sonreír, ella se sentiría orgullosa de el al ver como había organizado todo, de la forma en que ella le enseñara alguna vez...

Ella al ver la maleta, se puso pálida, pues no llevaba los calcetines de los lunes, ella los acababa de organizar. El se asustó al ver su cara, corrió a su lado y le mostró la maleta. Ella aprobó el orden, pero no entendía el propósito. El lé indico que esas cosas estaban en desorden con respecto a la casa, iba a botarlas.

La vio sonreír y entendió que bien valia la pena volverse loco también por ver esa sonrisa a diario.

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