El poeta se disponía a recitar, su diálogo era fluido, su noche era perfecta, nada iba a fallar. Subió al podio, la vio entre el publico, esto le dio toda la seguridad de lo bien que iba todo, leyó las poesías que llevaba preparadas y por último, pidió espacio para recitar una última que había construido con precisión de relojero, mientras observaba cada una de sus reacciones, al escuchar lo que el había compuesto. Y esto fue lo que declamó :
He escrito tanto y durante tanto tiempo.
Que solo podría abarcarlo lo que siento.
Haz sido mí musa en tu cercanía
Pero escribo mas en tu lejanía
Debe ser que añoro tu compañía
A pesar de saber que es una fantasía
Te haz alejado en definitiva, me haz dejado la soledad
Con eso me debo conformar
Tu pareces feliz, eso me complace
Quien te de lo que no pude, merece que lo abrace
No me hagas cara de sorpresa
Quiero que estes bien, es lo único que me cabe en la cabeza
Te amo, es mi realidad, vivir con eso es mí decisión
De a pocos lo he convertido en mi pasión
Luego de esta noche te iras y no se cuando vuelva a verte
Menos mal ya aprendí lo que es perderte
Dulce dama vete esta noche a los brazos de otro
De ti me queda el recuerdo es bueno aunque sea poco
Luego de las formalidades el poeta la aborda y sigue este diálogo.
-Sabes que te quiero mucho, por eso digo esto, nunca escribes tanto cuando estas a mi lado ¿Por que?
- Preciosa cuando estoy a tu lado yo solo puedo hacer poesía tu vida, si quieres que siga escribiendo deberás permanecer lejos de mí, digamos que la pluma la tengo ocupada en otro lado cuando estoy contigo.
No sabemos como le fue al poeta pues solo permitió que supieramos lo antes contado.
Agradezco a Juan Carlos Montoya, esto surgió de algo que el me contó.
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